Nota original en La Nación (Costa Rica), por Gerardo Ruiz Ramón.
- Afirma que se trata de líderes sociales perseguidos en sus países
- Fiscal adjunto contra crimen avisó sobre peligro ligado a las maras
08 de agosto, 2016 - El presidente Luis Guillermo Solís metió las manos al fuego por los grupos de migrantes del “Triángulo Norte” a quienes Costa Rica dará una visa humanitaria durante seis meses.
Solís intentó mitigar las preocupaciones del fiscal adjunto contra la Delincuencia Organizada, Francisco Fonseca, quien advirtió sobre el peligro que implica recibir a refugiados de esa región, que incluye los territorios de Honduras, Guatemala y El Salvador, azotados por el crimen organizado, como las maras.
Las personas llegarán a Costa Rica debido a un acuerdo que firmó, el 26 de junio pasado, el Gobierno con la Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Pese a las advertencias de “riesgos tremendos” que hizo el fiscal durante una entrevista con La Nación , el mandatario afirmó que el funcionario “debe estar tranquilo”.
“Líderes sociales”. Esto, porque, recalcó, los grupos de migrantes que ingresarán con visa humanitaria hasta por 6 meses se componen de personas perseguidas en sus países por razones humanitarias, que Costa Rica defiende como Estado.
“Se trata de líderes que son perseguidos por cumplir una labor social, son dirigentes de comunidades como la LGTBI (comunidad gay), líderes indígenas y ambientalistas cuyas vidas están amenazadas (...). He ordenado que el señor fiscal reciba toda la información sobre el acuerdo”, dijo Solís, el miércoles pasado.
Al rubricar el convenio con el Acnur, el país se comprometió a recibir grupos de hasta 200 migrantes del “Triángulo Norte”, mientras son reinstalados en terceros países donde solicitaron su refugio permanente.
La viceministra de Gobernación, Carmen Muñoz, superior de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), dijo, tras la firma del acuerdo que adicionalmente al estudio de cada caso hecho por Acnur, el Gobierno de la República se reserva el derecho de investigar con más detalle a los solicitantes, para impedir filtraciones de no deseables.
Muñoz agregó que este mecanismo de ingreso es más seguro que el que se pone en funcionamiento cuando los ciudadanos de esos países hacen la solicitud de visa humanitaria directamente al Gobierno de Costa Rica.
Carlos Maldonado, director de la oficina local de Acnur, agregó que acá nunca habrá más de 200 migrantes, pues el ingreso de más personas se dará a medida de que otras abandonen el país con rumbo a su sitio de refugio final.
Preocupación. Los riesgos que señala el fiscal Francisco Fonseca tienen que ver con la escasez de medios que tiene el país para contener la delincuencia organizada que opera a gran escala en los países del “Triángulo Norte”, que sí cuentan con ejércitos capaces de hacerle frente.
Fonseca indicó que el riesgo está en que este tipo de medidas migratorias podrían afectar otras acciones que buscan mejorar el ataque contra el crimen y la seguridad ciudadana.
“Dichosamente, nosotros tenemos una realidad diferente a la del “Triángulo Norte”; hasta el momento el tema de las maras se encuentra en un estado incipiente, pero la migración de estas personas, que debemos recibir por derechos humanos, nos va a complicar”, dijo Fonseca durante una entrevista con este diario sobre temas de seguridad.