Nota original en El País (Nicaragua), por Carlos Salinas
- La policía asegura que cruzaban el país en su viaje a Estados Unidos. El Gobierno de Ortega mantiene cerradas las fronteras a los inmigrantes
03 de agosto, 2016 - El drama humanitario de centenares de migrantes africanos y haitianos que esperan cruzar Nicaragua en la frontera con Costa Rica se convirtió este lunes en tragedia, después de que la Policía Nacional nicaragüense informó del hallazgo de ocho cuerpos de migrantes en las costas del Lago Cocibolca, el más grande de Centroamérica.
En un comunicado oficial la policía dijo que “por sus características físicas y vestimentas se presume que son personas de origen africano tratando de llegar a Estados Unidos”.
El parte informó que la causa de la muerte fue “asfixia por sumisión”, aunque no da más detalles sobre el incidente. Se trata de siete hombres y una mujer. Técnicos de la Policía Nacional investigan en la zona donde fueron encontrados los cuerpos, en el municipio de Cárdenas, en el sur de Nicaragua, muy cerca de la frontera con Costa Rica.
Esta tragedia es el capítulo más desgarrador del drama que viven centenares de migrantes que están varados en la frontera, desde que el gobierno de Daniel Ortega les impidiera cruzar, obstaculizando de esta manera su viaje hacia Estados Unidos.
Un migrante africano contactado en la frontera y que habló en condición de no citar su nombre reaccionó a la muerte de estos inmigrantes y dijo que “es muy triste, pero solo podemos culpar a Ortega”. Este inmigrante originario de Ghana aseguró que el sentimiento general de sus compañeros es de odio al presidente de Nicaragua. Dijo que en ningún país les han puesto trabas, solamente el gobierno nicaragüense, y que su deseo no es quedarse en este país centroamericano, sino que lo dejen pasar para poder llegar a Estados Unidos.
Las autoridades nicaragüenses callan sobre estos migrantes. Este lunes la primera dama de Nicaragua y vocera oficial del Ejecutivo no hizo mención de estas muertes en su habitual discurso del mediodía, lleno de logros del Gobierno y menciones constantes a las vírgenes y el santoral. Por su parte el presidente Daniel Ortega mantiene un doble rasero: critica duramente a Estados Unidos y Europa por el trato a los migrantes, pero calla sobre la tragedia que se vive en sus fronteras.
La indolencia del gobierno de Nicaragua contrasta con el esfuerzo humanitario del gobierno de Costa Rica, que les permite estar en su territorio y entrega ayuda básica, aunque sin poder crear albergues decentes para acoger a todos los migrantes.
Desde abril han llegado unos 600 africanos a Costa Rica, 200 de ellos sobreviven en el municipio de La Cruz, cerca de la frontera con Nicaragua, a la espera de poder cruzar a territorio nicaragüense. Las autoridades costarricenses han advertido a los migrantes que no crucen la línea fronteriza de forma ilegal ni acepten las ofertas de traficantes de personas conocidos coloquialmente como “coyotes”.